En Ayúdame3D conectamos personas y llevamos la tecnología social a cada rincón para seguir ayudando cambiando vidas, como la de Richard, la primera persona ayudada en nuestro 3DLab de Kenia.
En Ayúdame3D llevamos cinco años trabajando a diario para ayudar y mejorar la calidad de vida de cientos de personas a través del valor social de la tecnología con nuestras trésdesis. Además, consideramos fundamental crear alianzas que conecten a personas de diferentes lugares y que apuesten por proyectos sociales. De esta manera nació en 2020 nuestro 3DLab en Bamba, que permitió establecer una red de ayuda independiente en Kenia. Nuestro objetivo es poder ayudar a toda persona que lo necesite, por eso, cada entrega para nosotros es única y especial. Hoy queremos compartir con vosotros la historia de Richard, la primera persona ayudada por nuestro 3DLab.
En 2020 nuestro compañero Guille viajó a Kenia, en concreto al orfanato Bamba, para crear la primera aula tecnológica de Ayúdame3D. La idea de este 3DLab era crear una red de ayuda independiente que pudiera ayudar de manera directa a personas de la zona. Durante unas semanas, Guille no solo realizó formaciones de desarrollo de impresión y diseño 3D con Nelson y Lydia, gestores del aula, sino que tuvo la oportunidad de participar en otros proyectos que se estaban llevando a cabo desde el centro.
En una de estas iniciativas una persona del orfanato mostraba parajes naturales del Valle del Rift y pueblos cercanos. Al parar en una de estas poblaciones Guille explicó al alcalde la labor que realizaba Ayúdame3D y éste le presentó a Richard, un vecino que había perdido una mano al sufrir un accidente laboral en una fábrica de Ugali. El encuentro fue casual, pero esto no impidió que el equipo pudiese ayudar a Richard. Con unas ramas de árboles del lugar le tomaron las medidas y sacaron algunas fotografías para contar toda la información posible para la fabricación de su nuevo brazo.
Esta trésdesis fue la primera entrega que realizaron Lydia y Nelson en el 3DLab, por lo que el proceso fue muy emocionante para todo el equipo. Durante tres días trabajaron para crear una trésdesis 100% personalizada de tipo Vicky. Una vez finalizada, Richard visitó el 3DLab donde probó el dispositivo y, tras unos últimos ajustes, después de casi cuatro años pudo volver a sostener objetos con su mano izquierda.
Desde este momento, que todavía recordamos con gran ilusión, han pasado tres años y gracias a la tecnología social, que tiene como base la empatía seguimos demostrando que ayudar es demasiado fácil como para no hacerlo. ¿Quieres ayudarnos a cambiar vidas con la tecnología social?